Londres y sus autobuses “piratas”
Una de las figuras emblemáticas y típicas de la ciudad de Londres es sin duda el típico bus de color rojo. Este autobús recorre las calles cada día llevando a más de seis millones de pasajeros de un lugar a otro.
Estos autobuses se han modernizado pero aún conservan el color rojo. Aunque los primeros modelos, llamados Routemaster, empezaron a renovarse en el año 2001 y funcionaron durante un tiempo, el organismo “Transport of London” anunció que para el año 2005, este modelo estaría retirado de las calles de Londres.
No obstante, debido a las protestas de la gente para no perder este clásico autobús, se mantuvieron dos rutas históricas, la 9 (Royal Albert Hall-Knightsbridge-Piccadilly-Aldwych) y la 15 (Trafalgar Square-Fleet Street-Tower Hill). Actualmente ya solo está en funcionamiento la ruta 15, ya que la 9 se retiró en el año 2014.
El color rojo tan característico viene por razones de competitividad frente a la competencia. Antiguamente, los autobuses tenían un color diferente en función de la ruta que hacían, y además, cada ruta era operada por una compañía distinta.
Así pues, la compañía de transporte London General Omnibus Company, que era la que tenía la flota más grande de autobuses, decidió pintarlos todos de rojo para que destacaran y se distinguieran de la competencia.
Al parecer esta estrategia funcionó ya que esta compañía acabó siendo el mayor operador de autobuses de Londres, y como el rojo ya no indicaba la ruta del autobús, se empezaron a usar los números.
Estos autobuses tuvieron un gran protagonismo tanto en la Primera como en la Segunda Guerra Mundial, ya que por su gran capacidad y su velocidad eran idóneos para el transporte de soldados y armamento. Además, también eran usados como ambulancias e incluso como refugio de las palomas mensajeras que eran utilizadas en el campo de batalla.
Los autobuses “pirata”
Según parece, después de la Primera Guerra Mundial había una escasez de autobuses debido a que muchos de ellos fueron destinados a ser usados durante la guerra, como ya hemos dicho anteriormente.
Así, en el año 1922, empezaron a proliferar distintas compañías independientes que competían con la London General Omnibus Company, la cual había tenido casi todo el monopolio hasta entonces pero muchos consideraban que su servicio no era adecuado.
Esas compañías operaban legalmente, pero algunas de ellas ejercían ciertas estrategias comerciales que se podrían catalogar como moralmente inapropiadas, aunque eso sí, trabajando de una manera altamente profesional.
Por ejemplo, estas compañías trabajaban en las rutas más rentables y además en las franjas horarias de mayor actividad, con lo cual, dejaban a la London General Omnibus Company los servicios que daban menos dinero. Por esta razón a estas compañías se las conocía como “piratas”.
Algunos de estos autobuses piratas incluso hacían carreras contra los de la London General para llegar antes a destino, tomaban atajos o cambiaban la ruta para encontrar las zonas donde había más afluencia de pasajeros.
No obstante, los autobuses pirata tenían los días contados. En el año 1924, la Ley de Tráfico de Londres ayudó a la regularización de las compañías de autobuses limitando el número de vehículos permitidos en cada ruta, beneficiando así a la London General, que así tenía menos competencia.
A finales de los años 20, las empresas independientes empezaron a tener dificultades para mantener su negocio y la London General acabó adquiriendo muchas de esas compañías. Muchos de los conductores fueron despedidos y otros fueron considerados no aptos. Finalmente, los autobuses piratas desaparecieron del mapa en el año 1934.
El “Chocolate Express”
El “Chocolate Express” fue el primer operador pirata que se fundó, y estuvo en funcionamiento desde el año 1922 hasta el año 1934, que fue cuando desaparecieron todos los operadores piratas.
Cuando Arthur George Partridge se licenció del Ejército después de la Primera Guerra Mundial, vio como una buena oportunidad fundar un operador de autobuses, ya que él había sido conductor de otro operador de autobuses, la London Road Car Company.
Partridge sobresalía de entre los otros operadores piratas y adquirió una gran reputación porque sus autobuses siempre estaban impecables y el servicio era excelente.
La empresa se llamaba “Chocolate Express Omnibus Company”, y sus autobuses eran conocidos como “Chocolate Express” porque eran de un color marrón parecido al del chocolate, con algunas partes doradas y con el nombre de la flota “Express” escrito a ambos lados del autobús. Este diseño agradó mucho al público y el autobús se hizo muy popular en seguida.
No obstante, esta operadora de autobuses tuvo el mismo final que las demás, eso sí, fue la que duró más tiempo funcionando.
Actualmente se puede ver un “Chocolate Express” en el Museo del Transporte de Londres, siendo el único ejemplo de autobús pirata y por consiguiente, la única referencia que existe sobre ese tipo de transporte en esa época de la historia.
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