El calendario de Adviento
Cuando se acerca la Navidad una de las cosas típicas que se suele hacer es comprar o hacer un calendario de Adviento, generalmente con chocolatinas dentro de cada ventanita, para ir contando los días que faltan para llegar al 25 de diciembre.
El Adviento comprende un período de cuatro semanas (a partir del 30 de noviembre) y sirve para que los que se convierten al Cristianismo se preparen para recibir el bautismo. Hoy en día el Adviento, que significa “llegada” nos recuerda que se acerca la Navidad y por tanto la llegada de Jesús al mundo.
Resulta que la tradición de tener un calendario de Adviento viene del siglo 19, cuando los protestantes alemanes hacían marcas en las puertas con una tiza para señalar los días que faltaban para llegar al día de Navidad. Además, encendían cuatro velas, una cada domingo.
Pero resulta que lo de tener un calendario con puertecitas que se abren y donde te encuentras una chocolatina tiene su origen en el amor de una madre por su hijo. Ese niño era Gerhard Lang, quien años más tarde trabajaría para el periódico “Stuttgarter Zeitung“, donde se publicaría el primer calendario de Adviento.
Según parece, la madre de Gerhard quiso que la espera para llegar a la Navidad fuera más llevadera para su hijo y lo que hizo fue hornear unas galletas típicas de Suabia, una región del suroeste de Alemania, que se llamaban “wibeles” y se hacían con claras de huevo, azúcar glas, harina y azúcar vainillado. Puso 24 de estas galletas en una caja y cada día el pequeño Gerhard se comía una.
No obstante, el primer calendario que se imprimió no era con chocolatinas o dulces, esto no pasó hasta el año 1958. Al principio, el calendario estaba formando por dos láminas de cartón, uno con 24 casillas en las cuales estaba escrito un poema compuesto por Lang y en el otro había 24 imágenes que se debían recortar y enganchar en las casillas.
Desde entonces, cada año se fue vendiendo un calendario variando su diseño y contenido hasta llegar al que tenemos hoy en día.
Cabe decir que la creatividad a la hora de realizar el calendario no deja de sorprender, pueden ser en forma de árbol de Navidad, bolsitas de tela, con cestas de mimbre, sobres de papel, con tarjetas… Con imaginación pueden salir calendarios bonitos y originales, eso sí, es esencial que lleven una chocolatina o un regalo.
Si tenéis una buena bolsa de dinero podéis adquirir el calendario que tiene la famosa joyería Tiffany, en el cual cada cajita contiene una joya diferente; eso sí, daos prisa en encargarlo porque solo hay cuatro unidades.
Si queréis ver el calendario más grande del mundo, entonces reservad billetes de avión para ir a Alemania, concretamente a la ciudad de Gengenbach. La fachada del Ayuntamiento sirve de calendario. Cada día hay actuaciones musicales y cuando van a dar las seis de la tarde, la música cesa y se apagan todas las luces excepto la de la ventana que simboliza el día del calendario que toca abrir. La gente se reúne y espera con entusiasmo la sorpresa que saldrá de la ventana, que acostumbra a ser una imagen o dibujo hecho por algún artista conocido.
Lo que podemos constatar es que el calendario de Adviento se ha convertido en una tradición más que nos traen las fiestas navideñas y que de una manera dulce nos acompaña durante todo el camino hasta llegar al día de navidad.
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