Ikigai y el arte de vivir hasta los 100 años.

Ikigai y el arte de vivir hasta los 100 años.
   2 Publicado por Nuri el 31/05/2019

¿Quién no quiere vivir hasta los 100 años o más? Eso sí, siempre y cuando tengamos salud y podamos valernos por nosotros mismos.
Que vivamos muchos años y con un estado de salud óptimo depende de muchos factores, algunos de los cuales escapan a nuestro control, pero otros dependen exclusivamente de nuestra propia actitud.
Todos tenemos una idea de cómo deberíamos actuar para vivir con salud y llegar a centenarios, pero la gran mayoría no lo ponemos en práctica. Por ejemplo, sabemos que el estrés no es bueno, que deberíamos comer de una manera más sana, hacer ejercicio..., pero por diversas razones (pereza, falta de tiempo, obligaciones varias, etc.), no le damos prioridad.
No obstante, sí hay cierto lugar en el mundo donde la gente llega e incluso rebasa los 100 años, y este lugar es Ogimi, un pueblo al norte de Okinawa, en Japón. En este lugar existe la mayor concentración de centenarios del mundo.
Como habréis adivinado, mucha gente ha ido a averiguar el porqué de la larga vida de estas personas y las cosas que han descubierto son las siguientes:

ikigai

1. Tienen un ikigai.
¿Qué es un ikigai? Pues, es algo así como el propósito de la vida, o la razón de ser. “Iki” significa “vida” y “gai” significa “propósito” o “valor”.  Es aquello que hace que te levantes por la mañana con ganas porqué tienes un objetivo a cumplir. Cuando tienes un propósito en la vida, sientes que merece la pena vivir.
Al parecer, todos tenemos un ikigai, que sería la combinación de aquello que se nos da bien hacer (vocación), aquello que nos da placer hacer (pasión) lo que podemos aportar al mundo (misión) y lo que nos conlleva una compensación económica (profesión).
En definitiva, las personas que descubren su ikigai, son más felices, y una vida plena y feliz propicia el vivir más años.

2. Trabajan.
Los habitantes de este pueblo no tienen la palabra “jubilación” en su diccionario, su lema es estar activos hasta el final. Algunos continúan con su profesión, otros trabajan en el campo, otros hacen algún tipo de trabajo voluntario, etc. La diferencia es que el motivo principal para seguir trabajando no es por un tema económico, sino más bien como contribución a la sociedad. Esto está relacionado íntimamente con el ikigai, ya que cuando uno tiene un propósito, se mantiene activo para llevarlo a cabo.

3. Tienen un huerto.
En Ogimi todos tienen un pequeño huerto que cuidan cada día y que les da verdura suficiente para su sustento. No obstante, no solo sirve para darles de comer, les sirve para mantenerse activos y tener contacto con la naturaleza. Además, les da placer realizar esta actividad, cosa que tiene que ver con el ikigai.

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4. Comen para vivir, no viven para comer.
Para ellos la alimentación es muy importante para gozar de una buena salud y poder así vivir muchos años. Comen una gran variedad de alimentos (se estima que unos 206 diferentes) que incluyen mucha fruta y verdura, pescado y algo de carne. Una comida puede estar formada por varios platos pequeños con preparaciones distintas. Además, su consumo de sal diario es inferior al 7%. Lo más relevante, no obstante,  es que no comen hasta saciarse, sino que paran de comer antes de notar que están llenos. Además, mastican muy bien los alimentos y por tanto, el estómago no tiene que trabajar tanto.

5. Ejercicio moderado.
Otra cosa en común que comparten estos ancianos es que hacen ejercicio cada día. Puede ser cualquier tipo de ejercicio, desde andar o ir en bicicleta (de hecho sus pies y la bicicleta son su medio de transporte), hacer karate, estiramientos... Además, no se sientan en sillas, sino que lo hacen en el suelo, y esto les aporta flexibilidad.

6. Vida social.
Esta parte es muy importante para estas personas y dedican una gran parte del día a relacionarse con sus familiares, amigos y vecinos. Tienen un gran sentido de cooperación con la comunidad. Tienen grupos de personas con intereses comunes (moais) las cuales pagan una cuota mensual que les da derecho a participar en reuniones, actividades lúdicas, cenas, etc... Pero este dinero no se destina a sufragar los gastos de estas actividades, sino que se acumula y cada dos años se dona a un miembro de este grupo que lo necesite. Esto ayuda a afianzar la estabilidad financiera y al mismo tiempo la emocional, ya que el dinero deja de ser una preocupación.

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7. Optimismo y alegría.
Algo especial que tienen los habitantes de Ogimi es su manera de afrontar la vida. Se centran en el presente y tienen una gran capacidad para adaptarse a los contratiempos que les plantea la vida. Se centran en su objetivo y no se dejan llevar por el desánimo y la desesperación. De hecho, saben que cuando pasa algo que escapa a nuestro control y por tanto no podemos cambiar, no vale la pena lamentarse, se acepta y se sigue adelante. Sonríen mucho, se enfadan muy poco y no guardan rencor a nadie. Viven el presente y no se preocupan ni por el pasado ni por lo que tenga que venir en el futuro. La palabra estrés tampoco figura en su diccionario, siguen la fórmula del “caminando despacio se llega lejos”.

Estos principios que estas personas siguen parece que les hace envejecer sin muchos achaques, se mantienen activos y se sienten útiles hasta el final de sus días.

Es evidente que en nuestro mundo de prisas, nervios, necesidad de ganar dinero para adquirir objetos y cosas que muchas veces no necesitamos..., es más difícil de poder seguir al pie de la letra estos preceptos. No obstante, quizá deberíamos parar un momento y pensar hacia dónde nos dirigimos, porque vamos tan deprisa en este tren de la vida que igual nos saltamos la estación en la que debíamos bajar y acabamos descarrilando.

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2 comentarios


Praveena
dice:
Lovely messages 4 years ago Responder


Praveena
dice:
Lovely 4 years ago Responder

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